La locura le llegó buscando nuevos sabores, en la soledad de su obrador, jugando con fuego… Buscaba sabores nuevos que hicieran de sus postres bocados tiernos, frescos y apetecibles. Esto ya no funciona, no aportas nada. Se arrinconó a sí misma: -“De aquí no escapas, ya no eres útil, tenemos que acabar con esto”. - “Quizás de esta manera encuentre una nueva chispa, nuevas ideas, ricos sabores. ¿Sabes? Todos deberíamos cocinarnos alguna vez, sentirnos hervir, sacarnos todo el jugo. Entiéndelo, tengo que avanzar.” - ¡Pero espera! Sigo siendo necesaria, puedo aportar más sabor a tu vida estando contigo… - “¡Explícate!” Sentadas sobre la mesa del obrador, debatieron, conversaron. Poco a poco, la pequeña supo convencerla. Al fin y al cabo, se conocían a la perfección. “Yo estaré contigo aquí…pero no me meteré allá…” Algo no va bien, algo sigue siendo oscuro… Un continuo tira y afloja entre ellas amenazaba y auguraba lo peor...