“- Cuando sonríes se me pasa. - ¿El qué? - Las penas, la vida, todo…” La estampa lógica para este look es la arena de la playa, un bonito atardecer y los zapatos en la mano… El lápiz de labios movido después de una cena… El pelo revuelto por la brisa del mar… Pero yo quise enseñártelo en un polígono industrial. Quise que vieras el vestido en su máximo esplendor, sin artificios ni decorados que lo acompañen. No lo necesita. Es increíble para cualquier evento formal, para ponerlo solo en entretiempo, y también con medias, botín y una buena cazadora vaquera en marrón o gris para el invierno (por supuesto, admite más colores, pero son con los que yo lo imagino). Tiene una caída increíble, el escote es modulable y no puede ser más bonito. Estos colores no suelen quedarme bien, ya que tienden a apagarme la cara. Por eso, decidí ponerme un labial potente, de color marrón rojizo, que diera fuerza a la cara ("Tulle" de los ultra matt